Capitulo II

Se cansó de esperar una respuesta, corrió a los brazos de desconocidos, habló, sonrió y miró. Solo le bastaba eso para poder dar el clic en el otro. Entre post-it´s y notas encontró las palabras justas para la ocación, se dejo llevar, como de costumbre, y ganó. El frío se le hacia imposible, el viento no lo dejaba ser. Encontró su mejor disfraz, se lo puso, y solo por esa noche no quiso ser reconocido. Entre luces de colores y flashes blancos, trató de esconderse, trató de ser uno más esa noche. Se le hizo bastante imposible. Llego a su casa, en estado alpha, irreconocible, copeteado a más no poder, agarró su celular y realizó varias llamadas. Una canción de The Pixies le hizo recordar, que en los próximos días, tenia que dejar la espontaneidad para conventirla en un arreglo, en un dato más en la agenda. Se miró al espejo, sus pestañas parecian no tener sueño todavía. Las pintó, las levantó y con el soundtrack del momento corrió hacia la puerta nuevamente. La música se apagó, solo habia un leve viento, que de a poco lo obligaba a acomodarse el pañuelo. Y entre murmuros y murmuros, decidió aferrarse a una frase que escuchó por ahí. Solo para él existia un momento, solo él podia cambiar las cosas, podía poner en funcionamiento todo, solo él sabia como bajar la perillita a OFF. Esa noche no tenia ganas de sentir, tenia ganas de ser todo lo que no habia sido antes.
Comportarse mal, como era eso?

En la fotografía: Florencia Marrochi-2007